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Dr. Luis Vergara

El ejercicio modifica la microbiota intestinal

No hay dudas que el ejercicio genera cambios en nuestro sistema digestivo. Todos hemos notado malestares gastrointestinales cuando realizamos ejercicio de alta intensidad, como dolor, distensión abdominal o náuseas entre otros síntomas. Sin embargo, el ejercicio moderado practicado regularmente ha probado reducir el riesgo de algunas enfermedades inflamatorias gastrointestinales. El mecanismo por el cual el ejercicio genera este rol protector todavía se desconoce. Se postula que el ejercicio genera efectos anti inflamatorios en el intestino, como también sería capaz de modular la composición de la flora intestinal.


EL MICROBIOMA INTESTINAL


El microbioma, o comúnmente llamada también “flora intestinal”, está compuesta por aproximadamente 100 trillones de microbios, la mayoría de ellas bacterias. Sin embargo, esta flora también la componen hongos, protozoos y algunos virus. Este microbioma tiene numerosas funciones, dentro de las cuales están la producción de vitaminas, digestión de la fibra de los alimentos y la interacción con el sistema inmune, entre otras funciones. No es fácil estudiarlas, ya que necesitan condiciones de crecimiento muy estrictos, por lo cual es difícil de implementar en un laboratorio tradicional. Sin embargo avances en la secuenciación del ADN ha permitido estudiar la composición del microbioma sin necesidad de cultivarlos en laboratorio.


Además, estudios previos han correlacionado cambios en la flora intestinal con enfermedades inflamatorias sistémicas, como la artritis reumatoídea, la enfermedad de Crohn, las espondiloartropatías o la gota, entre otras.


EL SISTEMA INMUNE INTESTINAL


El sistema inmune intestinal es una barrera que nos defiende ante agresiones externas provenientes desde el medio externo. Está compuesto por células del sistema inmune como neutrófilos, macrófagos, linfocitos (T y B) y linfocitos reguladores entre otras células. Ante alguna agresión aumentan sustancias proinflamatorias (citoquinas) como IL-6, IL-1b y TNF-a. Además se producen anticuerpos como los IgA provenientes desde los linfocitos B.


Y SI HAGO EJERCICIO... ¿SE MODIFICA LA MICROBIOTA INTESTINAL?


Estudios previos han demostrado que existen factores que son capaces de alterar la flora intestinal, como por ejemplo las dietas altas en grasas, consumo de tóxicos, uso de antibióticos o la presencia de enfermedades sistémicas como la diabetes. Varios estudios en animales han mostrado que ratones que realizaron ejercicio por al menos 5 semanas tenían una microbiota distinta a los ratones sedentarios. Por ejemplo se vio que ratones que realizaban ejercicio tenían una mayor cantidad de bacterias productoras de butirato, duplicando su producción intestinal en comparación a los ratones sedentarios. El butirato es un ácido graso de cadena corta que es utilizada como fuente de energía por las células del colon, participando además en mecanismos como la saciedad, sensibilidad a la insulina y en la modulación de la inflamación. Otro estudio mostró que ratones que realizaban ejercicio aumentó la cantidad de Lactobacillos, un tipo de bacterias que participan en la función inmune intestinal (ver figura 1).


FIGURA1: El gráfico muestra el aumento de 7 veces del número de lactobacilos en el grupo de ratones que realizaron ejercicio voluntariamente comparado con los grupos sedentarios (SED) y los obligados a realizar ejercicio (FTR). SED: ratones sedentarios FTR: Forced treadmil running VWR: Voluntary wheel training (1).






Solamente existe un solo estudio realizado en humanos, en que se comprobó que el microbioma de jugadores profesionales de rugby era distinto al microbioma de personas sedentarias de la misma edad. Sin embargo este estudio tiene algunos problemas metodológicos por lo que se necesitan futuros estudios para comprobar estos cambios en humanos.


MIENTRAS MÁS JOVENES SE INICIE EL EJERCICIO, MEJOR


Se ha visto en estos estudios que la edad puede influir en los cambios en la flora intestinal. Un estudio mostró que ratas jóvenes tenían cambios más significativos que ratas mayores luego e 6 semanas de ejercicio. Además, esta mayor diversidad de flora intestinal visto en ratones jóvenes mejoró su composición corporal, lo que no ocurrió en ratones más viejos. Por ello iniciar el ejercicio a edades precoces puede generar mayores beneficios que iniciarlo más tardiamente.



¿COMO SE ALTERA LA INMUNIDAD CON EL EJERCICIO?


Estudios en animales han demostrado que el ejercicio de moderada intensidad genera cambios protectores en la inmunidad, aumentando las citoquinas anti inflamatorias (como IL-10 y IL-4) y disminuyendo las sustancias pro inflamatorias (como TNF-a, IL-1 e Interferón gamma), favoreciendo la relación Th1/Th2 hacia una acción anti inflamatoria Th2. Al contrario, ratones expuestos a ejercicio intenso de manera crónica mostró mayor inflamación, manifestado en un mayor número de macrófagos en la pared intestinal. Por ello la intensidad del ejercicio y su duración son claves para controlar la inflamación. Por ello es importante hacer énfasis en la importancia de la correcta prescripción del ejercicio, dependiendo de la persona y de sus objetivos.



APLICACIONES A FUTURO


En la actualidad el microbiota, su composición y su modificación con sus respectivas consecuencias es una línea de investigación que está muy de moda a nivel internacional. La mayoría de los estudios están realizados en ratones, sin embargo hay estudios en humanos en curso. Por ejemplo hay estudios en roedores que han mostrado que variaciones en la flora intestinal podría mejorar el rendimiento en deportes de resistencia, influyendo probablemente en la formación de sustratos energéticos o en la síntesis de sustancias antioxidantes. ¿Podría ser la microbiota intestinal, un futuro "dopping endógeno", si la estimulamos adecuadamente?.

Futuros estudios en humanos pueden mostrarnos aplicaciones no solamente en el alto rendimiento sino también en la población general, como por ejemplo su influencia en enfermedades sistémicas como la obesidad y la diabetes.


Dr. Luis Vergara G

Médico Internista - Medicina del Deporte

Master en Nutrición Deportiva



BIBIOGRAFIA

1. Cook MD, Allen JM, Pence BD, Wallig MA, Gaskins HR, White BA, et al. Exercise and gut immune function: evidence of alterations in colon immune cell homeostasis and microbiome characteristics with exercise training. Immunology and Cell Biology. Nature Publishing Group; 2015 Dec 15;94(2):158–63.

2. Rankin A, O’Donavon C, Madigan SM, O’Sullivan O, Cotter PD. “Microbes in sport” -The potential role of the gut microbiota in athlete health and performance. British Journal of Sports Medicine. BMJ Publishing Group Ltd and British Association of Sport and Exercise Medicine; 2017 May;51(9):698–9.

3. Clarke SF, Murphy EF, O'Sullivan O, Lucey AJ, Humphreys M, Hogan A et al. Exercise and associated dietary extremes impact on gut microbial diversity. Gut 2014; 63: 1913–1920.

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