¿Vamos por unas cervezas después del partido?
Esta es una frase muy habitual entre los deportistas, no sólo en aficionados sino también en el alto rendimiento. También es muy habitual hacer “un asado” (barbacoa) después de los partidos o entrenamientos, sobretodo luego de una victoria. Es llamado por muchos "el tercer tiempo".
La pregunta que hay de fondo es... ¿influye la ingesta de alcohol después de realizar ejercicio, como puede ser un entrenamiento o competencia?
La respuesta es SI, AFECTA NEGATIVAMENTE.
Les presento este estudio como ejemplo, aunque hay varios que confirman estos resultados.
En este estudio, se concluyó que quienes consumieron alcohol disminuyó su síntesis proteica miofibrilar hasta en un 37% en comparación a quienes consumieron solo proteínas (sin alcohol) post entrenamiento. Por otra parte se vieron diferencias si el alcohol fue acompañado con hidratos de carbono o con proteínas. Se ha visto que al consumirlo con proteínas, éstas en algo atenúan la disminución de la síntesis de proteínas, bajando este porcentaje a un 24%.
Este efecto estaría explicado por el efecto del alcohol sobre mTOR, que es "una proteína que activa la síntesis proteica".
Pueden ver el detalle del estudio y su metodología en el siguiente enlace:
Pero doctor, yo soy futbolista, no un levantador de pesas.
No me interesa aumentar masa muscular. En mí no me afecta, ¿no?
Cuando realizamos cualquier ejercicio o deporte, se producen microlesiones debido a la actividad muscular. Estas microlesiones son más importantes mientras más intenso y exigente sea el ejercicio. El cuerpo “fabrica” nuevo músculo para reparar las fibras dañadas, como también para crear nuevas fibras para adaptarse a las cargas de entrenamiento. En otras palabras, si se disminuye la síntesis de proteínas por el alcohol, HAY MAS RIESGO DE LESIONES Y QUE EL RENDIMIENTO NO SEA EL ESPERADO.
Actividad de mTOR con y sin efecto del alcohol. Podemos ver como el alcohol "atenúa" la activación de mTOR, en comparación a la ingesta solo de proteínas luego de 2 horas de realizado un ejercicio.
Este es sólo uno de los efectos del alcohol en deportistas. Existen otros efectos tales como favorecer la deshidratación, inhibe la expresión de GLUT4 (y con ello la capacidad en la metabolización de los hidratos de carbono), altera el descanso durante las noches, afecta negativamente la composición corporal (al aumentar el porcentaje de grasa) y disminuye la precisión y coordinación de algunos movimientos, entre otros efectos.
En conclusión, el consumir alcohol después del ejercicio disminuye la síntesis proteica, lo que puede afectar influir negativamente en los resultados que buscamos y en aumentar el riesgo de lesiones
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